martes, 9 de septiembre de 2014

U de Sucre, un ‘chico’ entre los ‘grandes’

¿Deportivo Capiatá? ¿Universitario de Sucre? Son nombres de equipos desconocidos con poco presupuesto que compiten en la Copa Sudamericana y buscan un lugar frente a poderosos como los brasileños Sao Paulo e Inter de Porto Alegre y los argentinos Boca Juniors y River Plate.

Desconocidos para los simpatizantes de otros países, los equipos ‘chicos’ de la Sudamericana intentan aprovechar la oportunidad única para ampliar los ingresos y de paso darse a conocer internacionalmente. Por su sistema de clasificación, el torneo permite participar a equipos que no necesariamente realizan campañas extraordinarias en sus ligas.

En esa mezcla entre ‘chicos’ y ‘grandes’ aparecen los extremos de clubes como Sao Paulo, considerado el tercer equipo de mayor valor del fútbol en América, según la revista Forbes, con un estimado de $us 260 millones, y Universitario de Sucre, cuyo presupuesto mensual es de solo $us 80.000.

Son los 35.000 estudiantes de ese centro universitario, además de algunos sponsors, los que solventan gran parte de la previsión de gastos del club boliviano con un aporte anual de 57 centavos de dólar.

Ello debe alcanzar para pagar a los jugadores Mauricio Saucedo o al español Rubén de la Cuesta salarios de unos $us 6.000 mensuales, los más altos de la plantilla del club boliviano, que representa unas 60 veces menos que los $us 330.000 al mes que, según la prensa, percibe el argentino Darío Conca en el popular Fluminense brasileño.

Más bajos incluso que los sueldos de sus colegas de Universitario son los haberes de entre $us 1.000 y 5.000 de los futbolistas de las Águilas Doradas de Pereira, una institución que en su afán de subsistencia cambió cinco veces de nombre en menos de 15 años.

Más allá del horizonte

Las imágenes de la televisión durante la Sudamericana muestran estadios rudimentarios con tribunas pequeñas, iluminaciones tenues y hasta franjas despobladas que permiten llevar la vista más allá del horizonte.

A estrellas internacionales con ingresos astronómicos como el brasileño Kaká (Sao Paulo), el argentino Fernando Gago (Boca, noveno club de mayor valor de América) o el colombiano Teófilo Gutiérrez (River) no les queda otro remedio que adaptarse a jugar en escenarios pequeños con instalaciones básicas, ajenos a los lujos y las comodidades a los que están acostumbrados.

El estadio del Deportivo Capiatá de Paraguay, conocido como ‘El Escobero’, porque sus antiguos pobladores se dedicaban a la fabricación de escobas, apenas alberga a 5.000 personas. Ubicado en la ciudad de Capiatá, a 20 km de Asunción, no cumple las exigencias mínimas para un torneo internacional y debe mudarse a Luque para sus partidos.

La casa del uruguayo Rentistas data de menos de 20 años y sus instalaciones permiten recibir solo a 4.100 personas. También tuvo que trasladarse a otro estadio de Montevideo (al de Defensor Sporting) para recibir a 12.000 espectadores

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